martes, 22 de diciembre de 2009

REFLEXIÓN I: Conociéndo

)El año que se va me deja una nueva visión de mí país.
Una esperanza. Una búsqueda. Un fin.

El año 2009, fue de inicio a un camino nuevo en mi carrera, estoy aprendiendo y descubriendo que cada día sé menos.

Mi vida está cambiando y eso es mi mayor conocimiento. No entiendo las formas y maneras que Dios está usando ¿Quién entiende a ese Señor?, mejor no devanarse los sesos, esa es una de la preguntas en la que puedo pasar toda la vida y morir en el intento de responderla, y que va, la respuesta no llegara. Mejor dejarlo ser “al final será mucho mejor lo que vendrá” (Al Final, Lilly Goodman).

Sí, todo tiempo cumplido siempre es el mejor, pero cuando lo cosechamos nos damos cuenta que llego la temporada sin pasar por el período de las verdes. No hay pintonas. Salta de una situación a la otra. Las maduras llegan sin avisar.

Mirando desde el 01/01/09 quiero hacer un ejercicio de reflexión, meditar. Este año se lleva en las maletas algunas cosas que quiero y vale la pena revisar, es inevitable que las cargue y se las lleve, para así entonces ser mejor en este año, 2010. Aunque el tiempo en su inevitable transcurso igualmente seguirá avanzado y en ese avance seguirá cargando las maletas de todos los trastes que se acumulan durante 365 días (Muertes. Rabias, dolores, frustraciones y tantas bajezas más)

Los días se dividen en: ayer, hoy y mañana.

El ayer: fue
El hoy: es
El mañana: tal vez

No hay certeza de nada. Solo de Dios y de la hermana Muerte, y el primero es una cuestión de fe. Y si puedo creer, entonces será una certeza que se manifiesta a los ojos de todo aquél que decide avanzar en un camino angosto, por ende entonces queda solo ella, La Sombra, como la única verdad “palpable”, no la tocamos pero sabemos que tarde o temprano llegará. Ella es la finalidad cierta de una evolución a la que los seres humanos estamos sometidos desde que abrimos el camino por un túnel de sangre y carne, cuyo recorrido empieza con el primer llanto.

El llanto ¿quién no ha llorado este año? Si, el llanto siempre nos llega, para abatirnos o consolarnos.
Este año me deja el conocimiento de que hay un mundo posible, una meta que alcanzar, un sueño por el qué luchar, un Dios en él cual creer (no para comprender). Me dice que no debo perderme en el camino de la desesperanza, que es difícil continuar, que aun vale la pena luchar. Que soy un sobreviviente. Si, ese fue mi mejor conocimiento.