Voy al Templo de la Palabra.
Entraré descalzo.
Es, para mí, un lugar sagrado.
Me inclino, un manto me cubre.
Cierro los ojos,
empiezo a invocar.
Escribo por el placer que hacerlo me
produce.
Escribo para darle la espalda a la angustia.
Sí, para mí el vivir es una angustia
una nostalgia
las palabras me ayudan
me limpian.
No sabía eso, lo descubrí por el camino,
solo es una vía rápida para hallar sosiego.
Hace más de 10 años que los días de Navidad
son para mí de inconsistencia,
de reminiscencias que
aparecen y me llenan de angustia.
Y hoy sentí urgencia de hallar paz.
Soy un eterno perdido, la memoria me falla
vivo haciendo preguntas al pasado,
del
pasado no llegan respuestas.
Colofón:
El futuro es incierto.
¿Qué es el futuro?
Nada
Escribe que siempre algo queda.
Sí, hoy quedó un cadáver.
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